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- TIERRA ZEN
Fabricados tradicionalmente con 7 metales, actualmente se hacen con una aleación de cobre y zinc de excelentes propiedades sonoras. Sus gruesas paredes producen un sonido de extraordinaria duración. También vibran cuando se desliza el mazo en torno al borde superior externo variando la presión o la velocidad.
Los cuencos tibetanos ya se usaban hace 4000 años y tenían usos astrológicos, terapéuticos y para rituales secretos. Se dice que tañerlos elimina tensiones en el cuerpo, limpia el ambiente de energías negativas y crea un instante de paz. Cada cuenco tiene un sonido único y cada persona una manera peculiar de tocar según su carácter o su estado de ánimo. Si se tocan varios a la vez, la vibración resultante multiplica el efecto de los sonidos. Hoy en día los cuencos se utilizan ampliamente para crear música relajante, así como para terapias a través del sonido. Son muy populares entre los musicoterapeutas, los sanadores de sonido y los practicantes de yoga y meditación.
Consejos para principiantes: los cuencos se suelen usar como campana golpeando en la parte externa. Hacer sonar un cuenco requiere un poco más de práctica. Tañe la campana y, mientras vibra, empieza a rozar el borde con el mazo. Si no lo consigues con el fieltro, prueba con la parte de madera: suele ser más fácil.
¿Es necesario un cuenco por cada chakra?
Cada cuenco tibetano emite un sonido compuesto de un conjunto complejo de notas de música que le dan su riqueza y componen su timbre, como una huella sonora. Al tener varias notas y harmónicos, un mismo cuenco puede actuar sobre diferentes chakras a la vez y no sería necesario tener un cuenco por chakra.
Nota: el cojín puede ser distinto del mostrado.
Ø 7,5 cm x H 4,5 cm. Aleación de cobre y zinc. Con mazo, cojín brocado y funda artesanal.
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